Xi Jinping ya ha entrado oficialmente en la historia, y con ello se garantiza que continuará al frente del país sine die. Una resolución del Partido Comunista de China (PCCh) aprobada este jueves en el sexto pleno de su Comité Central le ha situado al mismo nivel que los dos grandes líderes del pasado de la República Popular, Mao Zedong y Deng Xiaoping. El documento anuncia el comienzo de una nueva era de logros y grandeza. Si Mao fundó la República Popular y Deng la hizo próspera, Xi —viene a ser el mensaje— la hará fuerte y gloriosa.
La resolución ha culminado cuatro días de reuniones de los cerca de 370 miembros (permanentes y sustitutos) del Comité Central, el órgano equivalente al parlamento del PCCh, en un hotel del noroeste de Pekín. El penúltimo encuentro, y el más importante, antes de que dentro de 12 meses, en octubre o noviembre del año próximo, el 20 Congreso del partido se reúna para nombrar al líder que dirigirá China al menos durante los próximos cinco años, hasta 2027, posiblemente más. Este líder —a tenor del comunicado oficial de la reunión, distribuido por la agencia estatal Xinhua— no puede ser otro que Xi Jinping, que continuará al frente al menos un mandato más.
Los últimos 100 años de China, el siglo de existencia del partido, han sido “la época más magnífica en la historia de la nación china en miles de años”, considera la resolución aprobada este jueves. Una gloria similar —da a entender— llegará durante la nueva era de Xi
Bajo el mando del secretario general del partido, jefe de Estado y presidente de la Comisión Militar Central, China ha obtenido “logros históricos y se ha sometido a una transformación histórica”. Primero con Mao, después con Deng y ahora gracias a Xi, el país ha conseguido “la inmensa transformación de ponerse en pie, hacerse próspera y convertirse en una nación fuerte”, sostiene el comunicado, el primer resumen oficial del pleno. El contenido de la resolución completa se dará a conocer este viernes en una rueda de prensa.
“Esencia” y “núcleo”
Xi “ha presentado una serie de ideas, pensamientos y estrategias nuevas y originales sobre la gobernanza nacional, en torno a las principales cuestiones de nuestros tiempos”, declara el comunicado oficial. Su ideología es parte de la “esencia” cultural del país; el presidente de la nación y “núcleo” del partido también ha demostrado “gran valentía política y un gran sentido de la responsabilidad”, agrega. En total, el nombre del presidente actual aparece mencionado en 17 ocasiones; Mao, el Gran Timonel y líder por excelencia en la historia reciente china, siete. Deng Xiaoping, el hombre que sentó las bases para la modernización del país, cinco. Los predecesores inmediatos de Xi, Jiang Zemin y Hu Jintao, una sola vez.
Según la tradición creada en las tres últimas décadas, el presidente actual debería terminar su mandato el próximo año en el Congreso tras una década en el poder (dos ciclos de cinco años cada uno). Si siguiera esa tradición, traspasaría entonces sus cargos a un sucesor que se habría estado formando a su sombra. Pero en los círculos cercanos al presidente no hay ningún heredero aparente, y desde el Congreso anterior, en 2017, Xi ha ido dando pasos para mantenerse al frente del país. Entre ellos, la abolición formal en aquella reunión de los límites temporales que se habían establecido para ocupar la jefatura del Estado.
“El Comité Central llama a todo el partido, todo el ejército y a la gente de todos los grupos étnicos a unirse alrededor del Comité Central con el camarada Xi Jinping como su núcleo, para poner en marcha la nueva era de socialismo con características chinas”, agrega. “Estamos convencidos de que el Partido Comunista y el pueblo chino aumentarán las grandes glorias y victorias de los últimos cien años con glorias y victorias aún mayores en el nuevo viaje que nos espera en la nueva era”, concluye el comunicado, de 15 páginas.
La resolución sobre los “grandes logros y experiencia histórica de la centenaria lucha del partido” es solo la tercera en 100 años que el PCCh dedica a revisar su historia. La autoridad que este tipo de documentos tiene dentro de la jerarquía comunista es máxima, y su contenido tiene casi carácter de sagrada escritura. Solo Mao, que la utilizó para neutralizar a sus rivales en el liderazgo del partido, y Deng, que con la suya dio por cerrada la era maoísta, habían conseguido sacar adelante hasta ahora una declaración de este tipo.
Dado que la nueva resolución eleva a los niveles más altos a Xi Jinping, el líder actual queda protegido de críticas en el futuro de posibles rivales o sucesores. Sus ideas han quedado consagradas como parte de la narrativa e ideología oficial del partido. El documento “será una herramienta importante para que Xi contrarreste a sus críticos y cualquier posible oponente que pueda poner en duda su autoridad y sus políticas”, puntualiza Valarie Tan, del laboratorio de ideas Merics.
«Campaña electoral» hasta el año próximo
El pleno clausurado este jueves abre ahora un periodo similar al de una campaña electoral en el que, entre bambalinas, los dirigentes del Partido Comunista Chino (PCCh) comenzarán a posicionarse para el Congreso del año próximo. En esa reunión quinquenal no solo se nombrará al líder de los próximos cinco años, que previsiblemente será el mismo de los diez últimos. Además, se renovará el Comité Permanente, el máximo órgano de dirección dentro del PCCh y en la actualidad de siete miembros; el Politburó, de 25 miembros, y el propio Comité Central.
Los desafíos de esa nueva legislatura no serán pocos. La China de la nueva era de Xi Jinping deberá enfrentarse a un crecimiento económico menor, a un envejecimiento galopante de la población y a una rivalidad en aumento con Estados Unidos. También deberá decidir cómo resolver las actuales tensiones con Taiwán, la isla autogobernada que considera parte de su territorio, y el futuro de Hong Kong, entre otras cuestiones.